El agapornis es tendencia, y no es para menos. A día de hoy todo el mundo quiere uno, será por su aspecto o quizás por su tierno carácter, por algo les llaman inseparables. Pero a la hora de escoger ¿Con cuál me quedo? El agapornis pullarius es la mejor especie para novatos. El ave perfecta para los que se inician en la crianza ¿Quieres saber el porqué y cómo conseguir uno?
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¿Cuál es su historia?
A día de hoy su origen es desconocido, por lo que no se sabe en que momento empezaron a aparecer ejemplares de esta especie. Su descubrimiento fue a mediados del siglo XVIII, en 1758 por un naturalista y zoólogo sueco Carlos Linneo en Guinea. Linneo bautizó a la nueva especie con el nombre de agapornis pullarius, en latín «animal joven», aunque se le hayan atribuido variedad de nombres, comúnmente se conoce como agapornis carirroja.
El agapornis pullarius es la especie más antigua del género. Desde que se les conoce, esta ave habita en las sabanas abiertas en África central que abarcan desde la Costa de Oro hasta Loango. Parece que esta especie ya permanecía en cautiverio hace más de 450 años, incluso durante bastante tiempo se exportaban con regularidad a Europa siendo muy populares en Inglaterra y Holanda. Pero por el poco éxito reproductivo, se perdió el interés en el ave y hoy son una de las variedades más difíciles de encontrar en el mercado.
¿Qué características tiene el agapornis pullarius?
Su tamaño es de los más pequeños, oscila entre los 14 y los 15 cm y pesan al rededor de 50 gramos. La gran parte del plumaje de su cuerpo es de color verde, excepto su cara y cuello que son de un tono rojizo. Uno de los aspectos más diferenciadores es que los agapornis de esta especie comparten colores muy vistosos en su cola: negro, rojo y amarillo y un matiz azul claro en la rabadilla. Sus patas son grises y su pico es de color naranja. Se caracteriza por no tener el anillo ocular blanco y el iris de un tono marrón oscuro.
Los agapornis pullarius suelen vivir entre los 12 y 18 años de media depende de como lo cuidemos. Lo normal es que este animal sea bastante alegre como al igual que otras especies como el agapornis canus. También son muy ruidosos y curiosos, siempre están buscando estímulos curioseando todo lo que hay a su alrededor. Si trata de un pullarius salvaje, son más asustadizos y sensibles con el ser humano.
En esta ave se da dimorfismo sexual por lo que es más fácil diferencial al macho de la hembra. Para hacerlo, solo basta con fijarse en su cara. Aunque el cambio no sea tan pronunciado, la hembra presenta un tono anaranjado mientras que el del macho es de color rojo. También podemos diferenciarlos por el color de las alas. En el macho las alas presentan un color negro en las infracoberturas alares mientras que en la hembra las alas son todas verdes.
La mayoría de agapornis de esta especie suelen ser ancestrales y cuando todavía son jóvenes estos cambios no son tan evidentes. Sin embargo, hoy sabemos que existen algunas mutaciones de este ave como el agapornis pullarius ugandae o el pullarius lutino, aunque no son fáciles de encontrar.
Es el integrante perfecto para la casa
Aunque se le tache de ser un ave muy difícil de criar si es salvaje y muchos criadores ya se han dado por vencidos, lo cierto es que no son imposibles. Si prestas atención y sigues todos los pasos descubirás como con un buen cuidado será muy sencillo mantenerlo en cutividad. Pese a su dificultad existen pocos animales que hagan tanta compañía y cuesta mucho encontrar una mejor ¿Quieres saber qué hacer?
El pullarius es una especie muy delicada sobre todo si se trata de aves recién importadas que suelen ser la mayoría. No son violentos excepto cuando están con su pareja. Les gusta mucho el agua así que es muy recomendable tener una bañera para agapornis dentro de la jaula. En cambio, no les gusta mucho estar cerca de otras aves, aunque lleven tiempo en cautividad son extremadamente sensibles al estrés, en muchos casos tras pasados 3 meses de la importación muchos mueren debido al miedo. Por eso es aconsejable dejarles espacio, en grandes aviarios pueden llegar a estar varias parejas juntas siempre con el mayor cuidado posible.
Una buena alimentación para un agapornis pullarius debe tener: principalmente alimentos naturales como semillas vegetales, frutas como las guayabas y los higos silvestres y bayas y brotes de árboles. También puedes probar darle pienso y pequeños suplementos adicionales. Si quieres saber más de la alimentación de los inseparables recomendamos este artículo.
La cría de este ave depende de la zona en la que se encuentren, en su hábitat natural crían en abril, junio y octubre. Tras el cortejo del macho y la hembra pondrán huevos pasados los 20 días. Para que se reproduzcan es necesario un lugar de tranquilidad sino será imposible que salga bien. En la cría es indispensable brindarles un nido de tamaño medio como este.
Mutaciones del agapornis pullarius
No se han detectado mutaciones ni variaciones de color en el agapornis pullarius.
El 99,9% de los ejemplares de este ave son iguales sin presentar ninguna alteración como se puede ver en la imagen. Pero existen dos nuevas subspecies que muy poca gente conoce sobre el agapornis pullarius ¿Quieres saber cuáles son?
Pullarius lutino
Esta subespecie es tan rara que no existen evidencias reales que muestren el ejemplar. No aparece ninguna foto de un pullarius lutino por lo que este es desconocido por el momento. La única evidencia que se puede encontrar es este documento de un aviario donde dicen haber logrado criar un agapornis pullarius lutino.
Agapornis Pullarius Ugandae
Se comenta que existe una subespecie denominada pullarius ugandae que es más común que la anterior pero siguen sin haber muestras donde podamos ver estas mutaciones. Lo más parecido a la realidad es este dibujo donde el pullarius ugandae presenta una rabadilla de color azul mucho más grande que la de la variedad ancestral que se hace visible una vez despliega sus alas.
Diferencias entre agapornis pullarius y roseicollis de cabeza roja
Los agapornis roseicollis presentan multiples mutaciones y es normal que a veces, a simple vista, se les confunda con un agapornis pullarius. Por suerte para no confundirlas, si nos fijamos bien existen diferencias muy notables entre las especies:
- El roseicollis tiene el cuello rojo: en el pullarius el color rojo es más intenso que en un roseicollis, además el roseicolli de cabeza roja presenta un tono rojizo por alrededor de todo el cuello, no solo en la cabeza.
- El color del pico: mientras que en el pullarius el pico es de color naranja, en el roseicolli es de un tono grisáceo.
- Plumaje más intenso: el color verde del plumaje es mucho más intenso en el pullarius aunque no es un rasgo fácil de diferenciar en algunas mutaciones de roseicolli.
- Diferencia de colores en la cola: en el pullarius presentan colores amarillo, rojo, negro y azul en su rabadilla. Los inseparables roseicollis no presentan esta mezcla de colores.
Esperamos que hayas descubierto todo lo necesario para unirte a la familia de los inseparables. Recuerda que los agapornis pullarius son solo un tipo de agapornis, si quieres conocerlos todos, te recomendamos los mejores tipos de agapornis para que sigas descubriendo más de nuestros queridos amigos alados, los inseparables. Muchas gracias por tu atención.